Lunokhod; el vehiculo lunar más extraño

domingo, 20 de diciembre de 2009

El 17 de noviembre de 1970 los soviéticos estaban de celebración, el primer Lunokhod (o Lunojod) había alunizado con éxito y comenzaba a moverse por la superficie selenita.

Un gran paso en la carrera espacial, pues este vehículo lunar era el primero en estar dirigido a control remoto y junto al Lunokhod II serían los únicos hasta hoy día, en llevar a cuestas sendos laboratorios móviles automáticos capaces de analizar aquello que se encontraban.



Ensombrecidos sin remedio por el logro americano del año anterior, en que Amstrong y su equipo dejaban huella en nuestro satélite, el éxito de la misión soviética quedo publicitariamente minusvalorado por los medios, más pendientes de las siguientes misiones tripuladas americanas Apolo, con las que compartieron linea temporal y objetivos.

Harrison Schmitt en su rover, de aspecto mucho más moderno, junto al modulo de la misión espacial XVII, cerca del lugar de alunizaje del Lonokhod II


El Lunokhod II, por ejemplo, alunizó 35 días después de la última misión Apolo, la XVII, a tan solo 180 km de distancia, al borde las dos del Mare Serenitatis (mar de la serenidad).

En esta foto, marcadas con círculos negros, la misión Apolo XVII y la Lunokhod II,  asombrosamente cercanas en el tiempo y en el espacio.



Sin embargo, y a pesar de la poca cobertura mediática, las Lunakhod fueron todo un éxito.

El Lunokhod I cumpliría de sobra con su misión. Esta especie de bañera con ojos tenía un tiempo de vida previsto de unos 90 días y llegó a funcionar durante casi un año hasta que la gélida noche lunar agotó sus baterías y no pudo comunicarse de nuevo. Durante ese tiempo tomó cientos de imágenes,  y efectuó cientos de análisis y mediciones, así mismo llegó a recorrer cerca 10 km. Poca distancia si tenemos en cuenta que su sucesor, el Lunokhod II, lanzado solo tres años después llegó a rodar cerca de 40 km.


Ambos vehículos llevaban a bordo los siguientes elementos situados en el cuerpo principal del vehículo, herméticamente cerrados y a temperatura y presión constante (a 1,05 atmósferas y 20º de temperatura): una antena omnidireccional de bajo alcance de forma espiral, dos telecámaras estereoscópicas a modo de ojos para facilitar su conducción al personal de la Tierra, una telecámara panorámica, un telescopio de rayos X, detectores de protones, partículas alfa y electrones, una sonda para el terreno, un reflector láser para medir distancias Tierra-Luna con errores del orden de decenas de metros para una distancia media de 386.000 kilómetros, y un espectrómetro para efectuar análisis químicos al instante.

Iban dotados de 8 ruedas de 51 centímetros de diámetro, movidas por motores eléctricos independientes, así como de una novena rueda en la parte trasera destinada a medir la distancia recorrida.



La conducción de las naves corría a cargo de un equipo compuesto por un jefe de misión, un conductor, un piloto navegante, un ingeniero de a bordo y un operador de gobierno de la antena dirigida, que siempre tenía que estar orientada hacia nuestro planeta, tardando las órdenes dadas por dicho equipo un tiempo de 1,3 segundos en ser obedecidas por la nave.


Notas y curiosidades:

-También fue diseñado y construido un Lunokhod III, pero no se llegó a lanzar. Actualmente esta expuesto en el museo ruso NPO Lavochkin.

- El Lunokhod I, a pesar de continuar en la Luna, fue vendido en una subasta en 1993 por la cantidad de 68.500$ al magnate de los videojuegos y turista espacial Richard Allen Garriott, quien dice estar deseando poder ir a buscar su juguete.

- Actualmente los Lonokhod son usados como reflectores, para poder tomar medidas de la distancia lunar con respecto de la Tierra, al igual que se hace con los reflectores que dejaron en nuestro satélite los astronautas de las misiones Apollo.

- Si hay gente que duda (incomprensiblemente) de que las misiones Apolo hayan puesto al hombre en la Luna, las misiones Lonokhod tampoco se libran de las suspicacias... pero a diferencia de lo que ocurre con los americanos, la leyenda dice que los soviéticos, incapaces de desarrollar la tecnología suficiente para enviar una misión teledirigida a la Luna enviaron dentro del Lonokhod a un agente enano de la KGB en una misión suicida. Para el incrédulo pueblo soviético lo fácil era enviar un hombre.



Fuentes: 1 2 3

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